sábado, 20 de abril de 2013

Historia de Las "casetas"

Hoteles junto al Archivo de Indias, Hotel Boutique Elvira Plaza, les acerca a los orígenes de las casetas y su historia.


En los primeros tiempos de la feria, al estar relacionada con la venta de ganado, lo que se calificaba de caseta era el equivalente a un establo. En la correspondiente al año 1849 el Ayuntamiento montó la primera caseta tal como se entiende el término ahora. Su estilo era el de una tienda de campaña, con la intención de vigilar y mantener el orden público, que cambió al poco tiempo debido al ambiente festivo que allí existía. Un año después se colocaron otras casetas con diversos elementos de ocio, alimenticios y otras utilidades.

Con el transcurso de los años, familias y algunas instituciones quisieron disfrutar más tiempo de ese espacio que se aventuraba anual, eso hizo que el número de casetas fuese en aumento, cada cual la adornaba a su antojo quedando todo muy pintoresco, adquiriendo formas morunas, circulares, militares... Fue en el año 1919 cuando se consiguió cierta uniformidad en el estilo, basandose en un diseño realizado por el pintor Gustavo Bacarisas. La uniformidad total se consiguió en el año 1983 cuando se establecieron normas para el montaje.

Cada caseta está compuesta por una estructura de tubos enganchados unos a otros recubiertos por una lona con listas en colores verdiblanco o rojiblanco de unos 10 cm de ancho, la parte externa tiene como principales objetos decorativos la pañoleta, coronando la fachada adornada con dibujos o motivos barrocos tradicionales o regionales y conteniendo el nombre de la caseta o un elemento identificativo, o las dos cosas al mismo tiempo, y la barandilla, que hace de "terraza" al mismo tiempo.

Las cortinas de la entrada a la caseta deben estar cubiertas obligatoriamente de material ignífugo. En el interior existe una división realizada por unas simples cortinas en dos partes, la perteneciente a la entrada al espacio, está decorada a gusto de los responsables de la caseta, sin motivo publicitario alguno, es la llamada "parte noble", aquí debe existir un "suelo de tablas", aunque muchas casetas lo tienen hormigonado, pero no es impedimento para colocar una tarima que sirva para el baile. El acceso al interior o la trastienda no debe estar oculto por nada.

Los motivos decorativos sirven para además de llevarse algunos de los diversos premios que el Ayuntamiento otorga a las casetas, también son para mostrar características particulares de los responsables de la caseta en sí.

En la actualidad el número de casetas que conforman la Feria asciende a 1047.

Los sevillanos que tienen casetas propias, (no todas las casetas son propiedad de sevillanos, muchas son gestionadas por empresas) hacen de la caseta un trozo más de su propia vivienda donde reciben a los distintos grupos de amigos, familiares, conocidos e invitados, todos tratados con la misma cordialidad en un ambiente amigable y de relajación, donde se les invita a probar los dispares alimentos y vinos de la región, al tiempo que existe un ambiente musical muy típico de la época como son las sevillanas y hay hasta quien se arranca a cantar y bailar bajo los sones de las distintas melodías ambientales.

Muchas de las casetas no permiten el acceso al interior si no es previa muestra de invitación o compañía de un socio de la caseta. A los visitantes de la feria que no tienen donde acudir se les invita a pasar por las casetas que tienen acceso libre, como son las múltiples casas regionales, los sindicatos y partidos políticos y los distritos de la ciudad. Para identificarlas se puede acudir a la caseta de información situada justo al lado de la portada donde se puede solicitar un plano de la Feria, con una relación detallada de las casetas existentes o la ubicación de una caseta en concreto.




Fuente: Varios

www.hotelelviraplaza.com

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