Hotel Boutique Elvira Plaza, con 10% de descuento en restaurantes del Barrio de Santa Cruz os propone planes para disfrutar de la ciudad cuando el sol no quiere salir.
Sevilla es una ciudad que se disfruta mucho más durante los cientos de días de sol con los que contamos al año, pero si tu visita coincide con días de lluvia, tenemos para ti algunas ideas:
Museos y monumentos de la ciudad.
El Museo de Bellas Artes de Sevilla es la segunda pinacoteca de España y un lugar singular que debes incluir en tu visita. Puedes hacer tu reserva en la página oficial del museo.
Si viajas con niños, el Ayuntamiento de Sevilla , el Pabellón de la Navegación o la Casa de la Ciencia, son lugares que ofrecen contenidos específicos para ellos. Podrán seguir descubriendo la ciudad a la vez que juegan en su interior.
Nos vamos de tapas, dentro también hay sitio.
Sevilla es bien conocida por sus agradables temperaturas durante gran parte del año, algo que invita a sentarse en una de las numerosas terrazas repartidas por toda la ciudad y disfrutar del bullicio y la alegría de tu alrededor.
Pero si la lluvia te impide hacerlo, no tengas duda, ¡dentro también hay sitio!. Saca tu guía gastropass del bolsillo y busca un lugar para mezclarte con la gente. Ya sabes, aquí mientras más seamos, mejor estamos (we love people). Las risas y conversaciones a alto volúmen rodeado de más personas, son también parte del encanto de esta ciudad.
Los conventos y las Casas Palacio, lugares menos conocidos pero llenos de atractivo.
Son verdaderos tesoros ocultos. No suelen ser la primera opción a la hora de decidir qué ver en Sevilla, pero si ya conoces la ciudad o si vas a estar de visitas varios días, te recomendamos que te animes a verlos.
Imagina un día de lluvia, te adentras en la zona norte de uno de los cascos histórico más extensos de Europa y, como por arte de magia, el tiempo se detiene y el silencio toma posesión del lugar. De pronto, te hallas inmerso en un oasis de obras de arte cuidadosamente conservadas, curiosidades, reliquias, pinturas de valor artístico incalculable, patios llenos de naranjos y cipreses... y para acabar, unos dulces conventuales elaborados de manera artesanal por las monjas de clausura.
Conjunto Patrimonio de la Humanidad.
A nadie le gusta mojarse, y es por eso que sería estupendo poder visitar lo más destacado de una ciudad sin tener que moverse mucho, ¿verdad? En Sevilla puedes hacerlo, ya que la Catedral, el Archivo de Indias y el Real Alcázar están a solo unos pasos de distancia unos de los otros. Un conjunto Patrimonio de la Humanidad que también linda con el famoso barrio de Santa Cruz, con sus callecitas estrechas que hacen que a la lluvia le cuesta tocar el suelo. Si lo visitas un día de cielos revueltos, te aconsejamos que pares en el Hospital de los Sacerdores Venerables y en el Centro de Interpretación de la Judería. Un día lluvioso por este icónico barrio también es una buena excusa para realizar compras en las innumerables tiendas de artesanía de la zona y aprovechar para encontrar ese recuerdo que regalar a la familia o amigos.
Saquemos los paraguas y disfrutemos de una ciudad a la que la lluvia no visita muy a menudo y que nos deja bellas estampas en las que Sevilla se quiere tanto a sí misma que se llena de espejos para no perderse su propio reflejo.
Sevilla es una ciudad que se disfruta mucho más durante los cientos de días de sol con los que contamos al año, pero si tu visita coincide con días de lluvia, tenemos para ti algunas ideas:
Museos y monumentos de la ciudad.
El Museo de Bellas Artes de Sevilla es la segunda pinacoteca de España y un lugar singular que debes incluir en tu visita. Puedes hacer tu reserva en la página oficial del museo.
Si viajas con niños, el Ayuntamiento de Sevilla , el Pabellón de la Navegación o la Casa de la Ciencia, son lugares que ofrecen contenidos específicos para ellos. Podrán seguir descubriendo la ciudad a la vez que juegan en su interior.
Nos vamos de tapas, dentro también hay sitio.
Sevilla es bien conocida por sus agradables temperaturas durante gran parte del año, algo que invita a sentarse en una de las numerosas terrazas repartidas por toda la ciudad y disfrutar del bullicio y la alegría de tu alrededor.
Pero si la lluvia te impide hacerlo, no tengas duda, ¡dentro también hay sitio!. Saca tu guía gastropass del bolsillo y busca un lugar para mezclarte con la gente. Ya sabes, aquí mientras más seamos, mejor estamos (we love people). Las risas y conversaciones a alto volúmen rodeado de más personas, son también parte del encanto de esta ciudad.
Los conventos y las Casas Palacio, lugares menos conocidos pero llenos de atractivo.
Son verdaderos tesoros ocultos. No suelen ser la primera opción a la hora de decidir qué ver en Sevilla, pero si ya conoces la ciudad o si vas a estar de visitas varios días, te recomendamos que te animes a verlos.
Imagina un día de lluvia, te adentras en la zona norte de uno de los cascos histórico más extensos de Europa y, como por arte de magia, el tiempo se detiene y el silencio toma posesión del lugar. De pronto, te hallas inmerso en un oasis de obras de arte cuidadosamente conservadas, curiosidades, reliquias, pinturas de valor artístico incalculable, patios llenos de naranjos y cipreses... y para acabar, unos dulces conventuales elaborados de manera artesanal por las monjas de clausura.
Conjunto Patrimonio de la Humanidad.
A nadie le gusta mojarse, y es por eso que sería estupendo poder visitar lo más destacado de una ciudad sin tener que moverse mucho, ¿verdad? En Sevilla puedes hacerlo, ya que la Catedral, el Archivo de Indias y el Real Alcázar están a solo unos pasos de distancia unos de los otros. Un conjunto Patrimonio de la Humanidad que también linda con el famoso barrio de Santa Cruz, con sus callecitas estrechas que hacen que a la lluvia le cuesta tocar el suelo. Si lo visitas un día de cielos revueltos, te aconsejamos que pares en el Hospital de los Sacerdores Venerables y en el Centro de Interpretación de la Judería. Un día lluvioso por este icónico barrio también es una buena excusa para realizar compras en las innumerables tiendas de artesanía de la zona y aprovechar para encontrar ese recuerdo que regalar a la familia o amigos.
Saquemos los paraguas y disfrutemos de una ciudad a la que la lluvia no visita muy a menudo y que nos deja bellas estampas en las que Sevilla se quiere tanto a sí misma que se llena de espejos para no perderse su propio reflejo.
Fuente: www.visitasevilla.es